Los fondos apoyarán iniciativas respaldadas por el gobierno, como centros verdes de hidrógeno, baterías comunitarias, transporte limpio y programas de conservación de la biodiversidad. La Oficina Australiana de Gestión Financiera (AOFM) supervisó la emisión de bonos, que fue sobresuscrita con más de 22.000 millones de dólares en ofertas de 105 instituciones inversoras de Australia, Asia, Europa y Norteamérica. El Tesorero, Dr. Jim Chalmers, afirma que esta inversión impulsará los objetivos de sostenibilidad de Australia y mejorará su competitividad global. «La transformación energética mundial representa una oportunidad de oro para Australia y este bono está atrayendo más capital ecológico mundial y nacional para financiar esa oportunidad», afirma. «La demanda del bono confirma que Australia es un destino para el capital verde internacional». El Dr. Chalmers subraya que el bono verde ayudará a mitigar el cambio climático y a adaptarse a él. «Los proyectos respaldados por el bono aportarán importantes beneficios medioambientales, como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el aumento de la producción de energía renovable en Australia y el refuerzo de la conservación, restauración y adaptación de nuestra biodiversidad», afirma. Los inversores nacionales aportaron la mayor parte de la inversión (65%), junto con importantes contribuciones del Reino Unido (12%), Europa (11%) y Asia, excluido Japón (8%). Los gestores de fondos fueron los inversores predominantes (63%), seguidos de los hedge funds (11%), los bancos de balance (10%) y los bancos comerciales (9%). Los gestores principales conjuntos de la emisión de bonos fueron Commonwealth Bank of Australia, Deutsche Bank, National Australia Bank Limited, UBS AG – Sucursal de Australia, y Westpac Banking Corporation.